Situación. Estoy convaleciente tras una operación quirúrgica. La enfermera me trae un papel, en el cual debo escoger entre dos opciones de menú para el mediodía.
Veamos. Opción 1: Sopa de pescado. Bien, me motiva bastante… Echo un vistazo a la opción 2, no sea que me motive todavía más…
Perplejidad.
Raviolis de boletus elaborados con tecnología 3D. ¡La decisión está tomada!
Efectivamente, según se pronostica en el sector, antes del 2.020 los menús hospitalarios van a sorprender y los alimentos 3D serán una auténtica realidad.
De hecho, en Estados Unidos y en China ya hay hospitales que utilizan esta tecnología. En España, aunque vamos algo más rezagados, ya se está aplicando en un hospital de la capital y en un centro de nutrición del País Vasco.
¿Qué es la impresión 3D de alimentos?
La impresión 3D de alimentos puede facilitar la vida, y mucho, liquidando las tareas tediosas y que consumen mucho tiempo, tales como amasar, hacer capas, dar formas concretas, moldear, etc.
La idea es elaborar platos con ingredientes frescos de forma más rápida y sencilla que si tuvieran que realizarse manualmente.
¿Te pondrías a hacer muchos pandas de tomate? Con suerte y buen pulso, uno, tal vez dos.
¿Y qué me dices si en un hospital infantil se ofrecieran unos macarrones (por cierto, también 3D) acompañados de un panda de tomate tan singular? Éxito y sonrisa garantizados entre los pequeños comensales.
La impresión 3D abre una nueva era en lo que se refiere a la presentación y modelado de los platos. Combinar el arte con la cocina. Suena fenomenal.
Y es que, es un secreto a voces, que las filigranas y las formas exquisitas en ciertas elaboraciones culinarias y reposteras de chefs de prestigio tienen nombre propio, diseño por impresión 3D.
Volvamos a los raviolis de boletus 3D
¿Crees que es muy realista elaborar raviolis caseros a mano en un hospital?
Ni en casa lo es.
Ciertamente, el paquete del supermercado nos salva la papeleta, aunque noticias inquietantes han aparecido en los medios… En fin, eso es otra batalla…
Volvamos al lío.
Efectivamente, el lío el que hay en la cocina: amasa la masa, extiéndela fina y homogéneamente, añade el relleno (atento al volumen que dispensas para cada ravioli, unos quedan fofos, otros rebosan), añade la capa superior de masa, corta los cuadraditos correspondientes (50, 100 unidades ¿?), sella los bordes con ayuda de un tenedor… en fin, para valientes y valientes con tiempo.
La impresora 3D se presenta como un electrodoméstico de soporte (tanto para cocinas profesionales como, en un futuro cercano, particulares) que se encarga de las partes más difíciles y manuales, puesto que automatiza ciertos pasos de la preparación.
La tinta de la impresora es el ingrediente fresco
Además, y muy importante, aboga por volver a una alimentación más sana utilizando ingredientes base naturales, dejando de lado la comida envasada y precocinada.
Siguiendo con el ejemplo.
Se carga en la máquina, tanto la masa como el relleno de boletus, ése que has elaborado según la receta de tu madre.
A continuación, en breves minutos, la impresora 3D prepara los raviolis individuales, los cuales presentarán la forma y tamaño que tú hayas programado. Primero se imprimirá una capa de masa, a continuación se añadirá el relleno y, por último se cubrirá con una nueva capa de masa.
Raviolis perfectos, de concurso, uniformes, saludables y mínimo desorden en la cocina.
La impresión 3D en cocina tiene nombre propio: Foodini
Es imposible abordar el tema de la tecnología 3D alimentaria y no hablar de la empresa catalana Natural Machines, creadora de la impresora 3D Foodini.
Foodini aparenta ser un microondas grande. Cuenta con una pantalla táctil donde el usuario puede seleccionar el tamaño, la forma, la disposición de los alimentos sobre el plato y la ubicación de cada uno de los ingredientes en la composición final.
La impresora funciona con cápsulas vacías de acero inoxidable reutilizables y lavables. A éstas se acoplan boquillas intercambiables, de múltiples tamaños, adaptadas a un amplio catálogo de alimentos y texturas.
En cuanto a las texturas, la impresora es capaz de detectar cuál es la textura del ingrediente y, si éste es demasiado líquido, ralentiza la impresión para que el resultado sea óptimo. Olé ella!
El método de cápsulas abiertas significa que es el propio usuario quien prepara y coloca sus ingredientes, aunque, según parece, se está barajando la posibilidad de distribuir cápsulas preenvasadas con ingredientes frescos.
En definitiva, los ingredientes del plato se introducen en cada una de las cápsulas (hasta un máximo de cinco), marcadas con un microchip que garantiza un posicionamiento correcto y la identificación por el sistema.
Cuando los ingredientes seleccionados están en su correspondiente cápsula, el cocinero escoge con qué forma quiere que se imprima su creación. ¿Por qué no hacer una hamburguesa con forma de estrella? ¿Y qué tal una pizza con forma de corazón?
La imaginación y la creatividad no tienen límites.
Y, por si todavía no te has sorprendido lo suficiente, existe la posibilidad de descargarte de internet una imagen y, en un abrir y cerrar de ojos, la impresora ejecuta la versión comestible para tu deleite.
La investigación y desarrollo del negocio no se detienen; en la actualidad, se buscan texturas más adecuadas para la impresión, se mejora la precisión de los movimientos que dan forma a los alimentos y se trabaja en optimizar la velocidad del proceso global.
La impresión 3D en los hospitales
Inicialmente, la impresión 3D de alimentos en el ámbito hospitalario se plantea como un avance en la preparación de comida para personas con problemas de deglución (ajustando las texturas de los alimentos, más allá de los deslucidos purés) o con alergias (controlando las dosis y productos utilizados).
Sin embargo, sus posibilidades van más allá, desde aportar originalidad y alegría a los menús (¡y, sobre todo, a los pacientes-comensales!) hasta introducir la medicación dentro de la propia comida, en ciertos casos.
La impresión 3D es presente
Es evidente que esta tecnología es más de hoy que de mañana.
En una entrada anterior, veíamos que la impresión 3D es tendencia en Health 2.0 en un novedoso sistema de férulas fabricadas con impresoras 3D para la inmovilización de traumatismos.
Asimismo, ya se aplica en las reconstrucciones faciales y la fabricación de prótesis, en la fabricación de suministros sanitarios en misiones espaciales e, incluso, la FIFA recurrió a la impresión 3D para crear su último trofeo «The Best» al mejor futbolista de la temporada.
Así que, más nos vale acostumbrarnos a la presencia de la impresión 3D en nuestras vidas.
Atribuciones: imagen de cabecera: Natural Machines; imágenes 1, 2, 6 y vídeo: Natural Machines; imágenes 3-5: Imprimalia 3D.