Facilitar la comprensión de tus textos a tu paciente o cliente es tu responsabilidad.
¿Qué sucede cuando en tu web sanitaria se habla de procedimientos muy especializados con un vocabulario poco amable y muy técnico?
¿Qué pasa cuando los textos que tratan sobre tu producto son espesos, con poco foco y enredados?
Sucede lo siguiente:
Que el cerebro se queda atascado en las primeras frases, en bucle, tratando de entender. A continuación, más bien pronto, el cerebro se desconecta porque se aburre y porque no quiere realizar más esfuerzo.
Y al final el resultado es: adiós paciente comprador.
Por tanto, me gustaría transmitirte que está en tu mano, elaborar unos textos amigables, fáciles de leer y, sobre todo, que sean comprendidos.
El cerebro que no comprende no compra.
Y te voy a dar 3 claves para conseguir redactar unos textos promocionales y comerciales que sean comprendidos.
¿Tienes alguna estrategia más que utilices para hacer que tus textos sean comprendidos?
Me encantará leerte en comentarios :)
Por cierto, esto es solo un aperitivo. Si te has quedado con ganas de más… echa un vistazo a mi Curso Promociona Salud – Textos con copywriting para vender salud o bienestar porque es el menú completo.
Transcripción del texto del vídeo:
Un cerebro que no comprende no compra.
En el proceso de venta de tu servicio o producto de salud es tú responsabilidad que el lector que aterriza a tu web entienda lo que estás vendiendo. Solo tuya.
Piensa que el lector no tiene tiempo. Tiene decenas de emails por revisar, otras tantas decenas de pestañas abiertas en su navegador, el móvil al lado y no va a hacer ningún esfuerzo por tratar de entender tu propuesta de salud.
No esperes que tu paciente tenga paciencia.
Además, el cerebro de tu comprador es perezoso y quiere consumir contenidos fáciles.
¿Qué sucede cuando en tu web se habla de procedimientos muy especializados con un vocabulario poco amable y muy técnico?
¿Qué pasa cuando los textos que tratan sobre tu producto son espesos, con poco foco y enredados?
Sucede lo siguiente:
Que el cerebro se queda atascado en las primeras frases, en bucle, tratando de entender.
Y a continuación, más bien pronto,
El cerebro se desconecta porque se aburre y porque no quiere realizar más esfuerzo.
Y el resultado, al final, es: adiós paciente comprador.
Por tanto, me gustaría transmitirte que está en tu mano, elaborar unos textos amigables, fáciles de leer y, sobre todo, que sean comprendidos. Recuerda: el cerebro que no comprende no compra.
Y te voy a dar 3 claves para conseguirlo.
Mejora la comprensión de tus textos evitando los tecnicismos y la jerga especializada cuando presentes tu solución sanitaria
Aquí no se trata de impresionar ni estás en un congreso, sino que se trata de mejorar la salud, el bienestar y la calidad de vida de tu paciente. Y eso es, únicamente, lo que este debe percibir: cómo vas a ayudarle a sentirse mejor. Porque esto es, en definitiva, lo único que le importa. ¿Qué puedes hacer tú por él?
Mejora la comprensión de tus textos utilizando metáforas, comparaciones y analogías para bajar a tierra tu discurso
Estas se han utilizado desde siempre en medicina para explicar términos complejos y, de hecho, son recursos que aparecen en libros de medicina para formar a futuros médicos. Hace poco leí que más de 400 metáforas se han acumulado en la literatura médica en el último siglo; aparecen referencias a frutas, vegetales, animales, cuerpos astronómicos, bebidas, colores… Las metáforas convierten lo extraño en familiar: el corazón es una bomba, el sistema inmune es como un ejército, el tejido graso subcutáneo como piel de naranja, una enfermedad crónica es una maratón… etc. Por tanto, lánzate y no te de miedo a jugar con estos recursos para describir cómo es tu producto o servicio. Al cerebro de tu cliente le encantarán.
Mejora la comprensión de tus textos partiendo de ideas conocidas por tu lector
Si tienes un producto, una tecnología o un servicio revolucionario, efectivamente, es un reto explicarlo y que sea comprendido. En este caso, te recomiendo que inicies tus explicaciones a partir de algo que ya sea conocido para tu potencial paciente.
Es decir, el cerebro de tu lector necesita anclarse en algo conocido para, luego, construir a partir de allí el mensaje más sofisticado. De esta manera, asegurarás la comprensión.
Por ejemplo, puedes anclar empezando por explicar los antecedentes, cómo se hacía hasta ese momento y cómo tú innovas sobre esa base.
En conclusión, transmite alto, claro y de forma fácil cómo puedes mejorar la vida de tus pacientes.
Recuerda que cuanto más cerca puedas estar de facilitar la comprensión a tu lector más garantías tendrás de cerrar esa venta.
Así que revisa los textos de tu web ahora… ¿los comprende tu madre? ¿los comprende tu hijo de 12 años?
No pierdas esto de vista.